4/21/2008

Dos caras


Hace tiempo que leí una historia parecida a lo que voy a relatar a continuación en ésta, mi columna. Un agricultor araba la tierra con la ayuda de su caballo cuando se le acercó un caminante a pedir trabajo. El agricultor necesitaba ayuda, pero no podía pagar a nadie hasta que no recolectase su cosecha. Llevaba varios meses trabajando de sol a sol y estaba más que apurado. El viajero también lo estaba pasando mal, así que se ofreció a trabajar sólo por la comida y un hueco bajo techo en el que poder dormir. El hortelano era un hombre bueno, aceptó el ofrecimiento, pero le prometió una parte de los beneficios de su cosecha. El trato era justo.

Cuando alojó en su casa al trotamundos toda la familia quiso conocer al hombre. Iba de camino a la capital a visitar a un hermano que era barbero, decía que se llamaba Juan, y que estaba a punto de morir. Esa noche jugó con los niños, ayudó en las tareas de la casa y dio de comer al perro. Pasó una semana trabajando codo a codo con el buen hombre, y al día siguiente desapareció con su caballo. Le había robado su bien más preciado. Sin él no podía trabajar, sin él no había posibilidad alguna de mantener su cosecha, y no podía comprar otro de ninguna de las maneras. El viajero se había quedado lo justo para ganarse la confianza de la familia, y lo necesario para que el perro y el caballo se acostumbrasen a él y poder así robar con toda impunidad.

La habilidad que tienen algunos para jugar con la confianza de propios y extraños y luego poder utilizarla en su beneficio me parece sorprendente. Pero bueno, mientras que Dios nos libra y no nos libra de las aguas mansas tendremos que convivir con ellos. La ironía de todo esto es que, esta gente, normalmente ignora que "la vida te devuelve lo que tú le das", así que es posible que muchos les estén pagando con la otra cara de su misma moneda.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Me pregunto que hubiera pasado si el agricultor gentil y afable que describes, el primer día de tener al extraño en su casa, le hubiera encadenado en el establo, obligado a comer en un plato sucio, arrodillado en el suelo, y con las manos negras de porquería y sangre seca, si le hubiera amenazado con molerle a palos si se le escuchaba gemir de dolor, al acostarse en el suelo sobre los guijarros, rodeado de paja seca y punzante y excrementos de animales.
Y le hubiera mantenido encadenando por los pies descalzos y agrietados, arando desde el alba hasta la caída del Sol, para después dejarlo con su lamento callado encerrado en ese cobertizo pestilente.

La confianza no es previsible, no es el resultado de una suma, ni siquiera el resultado de una ecuación donde todas las incógnitas ya han sido despejadas, para mí la confianza es: empatizar demasiado. Pensar que el de enfrente obraría igual que tú en determinadas opiniones. Y la desconfianza, equivocarnos.

Sobre el agricultor malvado que te relato, siento decir porque así lo creo, que el que tiene el mando suele ser el primer ingrato.

Un saludo, y gracias.
Ana

Paco Cordero dijo...

Si hubiese pasado lo que relatas esta historia no tendría el sentido que tiene, por supuesto.
No he intentado reflejar ninguna realidad. No sé ni siquiera qué es la realidad, y si ésta existe más allá de lo que cada uno vive.
Podría ser, igualmente, un jornalero que comparte una parte de su único plato de comida con alguien, extraño, vagabundo, o vecino de toda la vida.
Lo que quiero reflejar en esta historia, a lo mejor no lo hago nada bien, es que hay gente que utiliza la mentira y la buena fé de los demás para su propio beneficio. Y sólo les recuerdo que la falsedad es una moneda con dos caras. Para que no olviden que puede que alguien les esté pagando con la otra cara, la que no ven, de su misma moneda.
"La vida te devuelve lo que tú le das" No es una frase mía, pero la suscribo con todo mi ser. Da todo lo que tengas sin esperar nada, porque el que nada espera es libre. Y libre quiero ser.

Gracias por tu comentario, espero alguno más, porque necesito crecer.

Anónimo dijo...

Cito: "Lo que quiero reflejar en esta historia, a lo mejor no lo hago nada bien, es que hay gente que utiliza la mentira y la buena fé de los demás para su propio beneficio"

Sinceramente creo que lo que quieres expresar queda claro, y no lo haces bien, lo haces muy bien.
Lo que ocurre es que utilizar a alguien para obtener un beneficio propio es algo tan real y atemporal que va directamente relacionado con la confianza mal entendida, que pensé que tu relato era un simil de alguna experiencia personal, en estos tiempos modernos en los que llamamos amigos a los desconocidos, y renegamos de quienes habiendo estado a nuestro lado desde tiempos remotos, nos piden ayuda.
Muchas gracias por tu respuesta, sobre tu última frase, me ha encantado. Aunque bien sabes que la libertad es una utopía, pues quienes la ansiamos, también somos dependientes, así siempre somos, dentro de un mismo círculo, de una misma espiral concéntrica, libertadores, y a la espera de ser liberados.
Un saludo y de nuevo gracias.
Ana

Paco Cordero dijo...

Gracias por el comentario Ana.
Lo que cuento puede y no puede ser parte de una experiencia personal, aunque no sé si vivida o no por mí; porque no suelo prestar mucha atención a cosas así (siento que todo el mundo tiene derecho a equivocarse, y que todos tienen (o tenemos) siempre un motivo para actuar como se actúa... Así que olvido tan rápido que experiencias así no tienen tiempo para calar en mi alma).
Soy una persona bastante empática, además de observadora (por no decir algo cotilla). Puede que la palabra amigo tenga para mí un significado distinto. Sí que suelo sentirme amigo de casi todas las personas que se cruzan en mi camino, por poco que sea el tiempo que pasen a mi lado... pero nunca olvido a nadie he intento no dejar de lado a ningún viejo amigo... Pero es cierto que a veces las vidas toman rumbos tan distintos que para atender una vieja amistad, como esa persona requiere, hay que dejar de atenderse a uno mismo. Y hay momentos en los que eso no es posible. Todo se soluciona con comunicación, sí, pero la comunicación también es silencio y sobre todo respeto.

"Libertadores y a la espera de ser liberados"... ¡Qué bueno! ¿Lo ves? Muchas gracias Amiga.

Anónimo dijo...

Jajaja, un placer...tú me ayudas a mí (a liberarme del mundanal ruido por unos minutos) y yo saco conclusiones.
Es curioso pero creo que a todos los que nos nace escribir, tenemos ese exceso de empatía que como ya comenté llamamos confianza. Quizá porque sabemos que nuestras historias, inventadas por nosotros, no son más que retales de otras historias ya contadas. La originalidad está siempre basada en algo y trae consigo réplicas más o menos similares al original, con lo cual la propia palabra, carece de significado.
Quizá este año la palabra amistad me haya mostrado su lado más oscuro. Y he aprendido (esto sí que es lo positivo: seguir aprendiendo) que a los ricos les hacen falta los pobres como a los pobres los ricos, y sigo pensando que los más ingratos suelen ser los que menos necesitan, y que todos necesitamos amigos, sólo que algunos pueden comprarlos, mejor dicho, alquilarlos "por ratitos" (me parece tan cruel).
Y que conste que cuando hablo de ricos, pobres, comprar o alquilar no me refiero a los bolsillos, carteras y monederos de cada uno. A veces te pueden comprar con un guiño, una palabra, una sonrisa, un llanto,una sola lágrima, un gesto, y como bien dices, incluso, con un silencio.

Espero que no te molesten mis constantes intromisiones en tu blog, me encanta ver esas dos caras (como titulabas) de las cosas. Aportar y que me aporten visiones distintas, pues ya sabes que todo es según el cristal con que se mira, y yo suelo llevar gafas oscuras, casi opacas.
Un saludo, ¡amigo!
Ana

Paco Cordero dijo...

No me molestan, todo lo contrario. Por desgracia poca gente me escribe. Cuando me animé a hacer el blog una de las motivaciones era esa, el poder interactuar con quién me lee y así poder compartir el mensaje de lo que escribo; a veces una crítica social y la mayoría de las veces un sentimiento "personal" disfrazado de historia.

Muchas gracias Ana, espero que sigamos conectados.

mi e-mail es: norton_lepe@hotmail.com, pa lo que necesites amiga.

Anónimo dijo...

Bien sacado este trocito de Un Mundo sin Fin...... aunque la historia sea en la edad media inglesa, se extrapola perfectametne a los días que corren, más aún ahora, que el ingenio se agudiza por las carencias básicas no cubiertas, la condición humana es inalterable, la evolución no atendie a la necesidad. Enhorabuena por este blog.