2/08/2008

Hoy y ayer: un necio



No puedo estar de otra forma, tú, quién seas, porque no hay formas de entender el tiempo que nos rodea. Seré un necio. Camino siempre firme al borde de una historia que se repite y que cada vez es más pesada. Una historia de la que cada vez participo menos. Seré un necio. Las palabras de los que nos rodean me revuelven hasta el vómito de su soterrada falsedad. Las de la política de barras y las de esmoquin, las de los golpes de pecho, las de los yo soy y tú no eres, las de los amigos de condición sin la que no es posible la amistad, las del oro como símbolo materno del amor, las del amor enterrado en el primer beso. No puedo estar de otra forma.

He aprendido poco, he aprendido poco y lo poco ha sido a estar cada vez más callado. Llámame pesimista, o mejor, no me llames. Seré un necio. Miedo a la soledad… ahora me río. ¿Quién se siente acompañado en este entierro? ¿No es esta vida sepultura y recuerdos? Sí, y arrastra una muerte interminable, el que vive de ellos. No puedo estar de otra forma.

Mañana será mañana, o eso espero. Pero no el mañana de ayer, sino un mañana nuevo. Es la esperanza que me hace dormir tranquilo, que me da cobijo en esta noche de febrero. ¡Qué buen invento el sueño! Mañana será mañana, o eso espero. Pero no el mañana de ayer, sino un mañana nuevo de vida, abierto, donde la palabra falsedad no tenga ningún fuero. Donde enmudezcan los listos de barras, donde el amor sobreviva al primer fuego, donde los intereses políticos sean el único entierro. Esa es la esperanza que me cobija -mas no sé qué espero- la única que me hace dormir tranquilo en esta noche de febrero. Mañana será, será un mañana nuevo, será por eso por lo que sigo aquí… Será que soy un necio.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

chapeau!, buena lírica, Paco. Felicidades!

Anónimo dijo...

pedazo de sastre